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Tradición e innovación: restaurantes ‘fast food’ de Córdoba que resisten frente a multinacionales

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McDonald’s, KFC, Burger King… En un mundo en el que las multinacionales de fast food cada vez están más presentes en las ciudades y se apoderan de un término tan denostado como es el de comida rápida, en Córdoba hay negocios que sobreviven y se hacen un hueco reivindicando el producto de la tierra frente a gigantes internacionales. De bares típicos a negocios que suponen un soplo de aire fresco o propuestas clásicas, lo cierto es que la capital cuenta con pequeñas salvaguardas que ofrecen comida de calidad, barata y rápida de consumir.

Bocadi

Uno de los establecimientos más míticos en este sentido es, sin duda, Bocadi. En pleno centro de Córdoba, el negocio abrió sus puertas en 1959, en un pequeño local situado en la calle Conde de Cárdenas. Su fama fue poco a poco in crescendo, hasta el punto de trasladarse en los años 90 a otro espacio más amplio, aunque manteniéndose en la calle. «Mi padre trabajaba en la prisión y estaba cansado de ir todos los días allí, así que decidió crear el negocio, sin saber nada de hostelería», cuenta Manolo Sánchez, que heredó el establecimiento. Para él, la clave está en mantener los mismos proveedores desde hace cincuenta años, los cuales le garantizan «buena calidad y buen precio». Esto, sumado al trato con los clientes, es la receta de su éxito, «no hay más», asegura.

Precisamente el trato con los consumidores le ha permitido adaptarse sin perder la esencia del original. «Antes había 15-20 bocadillos disponibles, ahora hay más de 100 y, si quieres uno que no está en la carta, nosotros te lo hacemos», explica entre risas Sánchez. El abanico se fue abriendo poco a poco gracias a «escuchar las demandas de los clientes», remarca. Sánchez asegura que las cadenas de comida rápida como Cien Montaditos no le afectan. Y es que Bocadi se ha convertido en santo y seña de la ciudad, y prueba de ello está en su siempre abundante clientela, «aquí viene desde la anciana de 80 años al chico de siete que le han dado dinero para tomarse un bocadillo con sus amigos, hay sitio para todos», sentencia.

Los bocadillos míticos de Bocadi.

Los bocadillos míticos de Bocadi. / Víctor Castro

Bar Lucas

Los perritos calientes también son otro de esos productos que muchas cadenas han incluido en su oferta. Sin embargo, en Córdoba poco o nada tienen que hacer frente al rey: el bar Lucas. Fundado en los años 60, el negocio empezó como confitería, charcutería… y por supuesto, ofreciendo perritos calientes, algo novedoso en la ciudad por aquel entonces. Rafael Lucas regenta un establecimiento en el que lleva trabajando más de medio siglo y afirma orgulloso que mantiene la misma receta desde la apertura del local, «el pan es especial para que pueda ir pinchado en las máquinas, la salchicha es suave, no lleva piel, la carne es 100% cordobesa, las salsas son artesanas y la cebolla se prepara al momento», explica. De hecho, Rafael rehuye del término comida rápida, «mucha gente viene y se sorprende de lo que podamos tardar en preparar el perrito caliente, pero es el peaje de no tener nada precocinado», explica.

Rafael Lucas prepara uno de sus perritos calientes.

Rafael Lucas prepara uno de sus perritos calientes. / Víctor Castro

Al igual que en Bocadi, su público es mayormente cordobés, «poco turista viene por aquí» y, de nuevo, las generaciones se entrelazan frente a la barra. «Mi clientela es tan grande que no tiene edad», comenta Lucas. Esa defensa de la esencia, del perrito caliente original provoca que «gente que estudiaba en Las Esclavas y que pedía los perritos hace 20 años, regresen y el sabor les transporte a esa época», afirma orgulloso. También ha ampliado su oferta incluyendo hamburguesas y bocadillos, «mucha gente dice que ya no hay burgers por menos de 10 euros y aquí la más cara vale 5,50 euros», dice con una sonrisa.

Nuevas alternativas

Mientras lo clásico perdura, paralelamente surgen otras propuestas que reinventan la comida rápida cordobesa. Tomando un producto tan cordobés como el salmorejo, La Salmoreteca decide darle una vuelta de tuerca y convertirlo en un puesto con más de 30 tipos diferentes. De remolacha, de yogurt, de chocolate, de arándanos… las opciones son casi infinitas. La idea surge durante una crisis profesional del chef Juanjo Ruiz que se plasma en este puesto en el Mercado Victoria. Su creador defiende que «si el salmorejo varía en función de dónde estemos o el periodo de la historia, significa que ha evolucionado y admite reinterpretaciones». Lo compara con la pizza, que «sigue siendo el mismo plato con multitud de variantes». «Hago salmorejo, pero no salmorejo cordobés, es una propuesta loca y creativa», concluye Ruiz. Lo cierto es que su local aúna lo mejor de la tradición y de la innovación.

Preparación de un salmorejo en la Salmoreteca.

Preparación de un salmorejo en la Salmoreteca. / Víctor Castro

Otra oferta típica de la gastronomía andaluza son las tapas. Pedir la bebida acompañado de un pequeño plato puede ser una gran opción para saciar el apetito. De Tapas, que nació en 2015, parte de este concepto para innovar. Y es que en sus establecimientos, mientras el cliente se toma su consumición los camareros pasan ofreciendo tablas con distintos productos, desde hamburguesas a flamenquines, pasando por bocapizzas o salmorejo, todo por menos de un euro. Desde un primer momento, la idea ha contado con una gran aceptación y ya cuenta con tres locales en la ciudad.

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