Gonzalo Valenzuela, reconocido en Argentina por su relación con Juana Viale, protagonizó un tenso momento en los Premios Caleuche 2025. Durante la transmisión en vivo, el actor pidió subir al escenario sin previo aviso y denunció las agresiones que recibió por parte de actrices feministas.
El motivo de su intervención fue el reconocimiento a Roberto Farías, ganador en la categoría de mejor actor secundario. En 2020, ambos fueron blanco de escraches y amenazas que impidieron el estreno de la obra El Performer, dirigida por Farías y protagonizada por Valenzuela.
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¿Qué dijo Valenzuela en su fuerte descargo?
En un momento de absoluta tensión, Valenzuela tomó el micrófono y lanzó una dura crítica: “Fuimos funados por nuestra propia gente”. Aseguró que militantes feministas amenazaron con incendiar el teatro y que incluso intentaron sabotear la transmisión de la obra contratando hackers.
“Me gustó mucho ver a Roberto recibiendo este premio. Hace unos años íbamos a estrenar una obra de teatro, pero no pudimos porque nos atacaron sin pruebas. Cumplimos 20 años con el Teatro Mori y lo que vivimos fue muy triste”, expresó el actor ante la mirada atónita de los presentes.
Gonzalo Valenzuela – “Recibimos amenazas de parte de actrices de quemar el teatro”
Actrices que impulsaron el escrache, ahora lo aplauden
El actor apuntó directamente contra varias de sus colegas, a quienes acusó de dar vuelta el discurso según la conveniencia. “Veo a compañeras que en aquel momento nos destruyeron públicamente y ahora están aplaudiendo como si nada hubiese pasado”, lanzó.
Valenzuela también explicó que la obra El Performer fue un homenaje a su madre y que más de seis meses de trabajo fueron arruinados por la militancia radicalizada.
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¿Por qué no se probó nada contra Roberto Farías?
El actor Roberto Farías fue acusado en 2018 de un presunto delito sexual, pero la denuncia nunca llegó a la Justicia. A pesar de la falta de pruebas, el escándalo fue suficiente para que su carrera y proyectos se vieran truncados por la cancelación mediática.
El caso evidencia cómo la cultura de la cancelación impulsada por sectores feministas ha destruido reputaciones sin necesidad de pruebas concretas.