1 abril, 2025

La bronca del equipo económico y un pronóstico desafiante para callar a los desestabilizadores

Luego de otra jornada caliente en el mercado, Luis Caputo decidió llamar a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y le dijo: “Hay que decir el monto”. Para el ministro, era necesario empezar a mostrar el poder de fuego con el que contará el Banco Central (BCRA) en las próximas semanas para respaldar al peso, ya que, pese a que entiende que lo que ocurre no puede considerarse una corrida –”aunque muchos la militan”-, en el Palacio de Hacienda ya preocupaba internamente la dinámica de ventas de reservas, ensanchamiento de la brecha y volatilidad del dólar que se había instalado principalmente por la incertidumbre de lo que ocurriría luego del acuerdo con el FMI.

La confidencialidad absoluta que existía sobre un acuerdo, al que le faltan semanas todavía de cocción, dejó la puerta abierta para –dicen en Economía- intentos de desestabilización (citan a la marcha de jubilados y “barras” o el intento de frenar el DNU para aprobar un nuevo crédito en el Congreso) de la oposición, pero también a versiones sobre los dólares frescos que llegarán, las restricciones en su uso y el sistema cambiario que se instaurará (¿adiós al crawl y al blend, bienvenidas las bandas o una devaluación, como sugirieron algunos de hasta un 30%?). En Economía había bastante bronca con varios exfuncionarios del Fondo que dieron notas en los últimos días anticipando escenarios.

Georgieva entendió y decidió dar luz verde. Así, Caputo confirmó hoy en la Bolsa de Comercio que llegarán US$20.000 millones, un scoop que la agencia Bloomberg había publicado la semana pasada y que el banco suizo UBS había sugerido en un informe también días atrás. Habrá que ver ahora si el efecto de la de la ratificación no estaba ya descontado en el mercado, que aún no tiene novedades sobre las precisiones cambiarias que traerá el nuevo Programa de Facilidades Extendidas (EFF, según las siglas en inglés) que firmará la Argentina con el board del Fondo a mediados de abril.

No sólo se espera que el mercado financiero reaccione a la noticia, sino que también lo hagan exportadores que retenían su liquidación e importadores que apuraban compras al tipo de cambio actual. Un dato: en Economía ratifican que la mejora de las retenciones se termina a mediados de año. No se prorrogará, por ahora, esa baja de impuestos.

Esos US$20.000 millones, explicaron fuentes oficiales a este medio, son el monto global del EFF y serán de absoluta “libre disponibilidad”, según explicaron. Vale aclarar: es un monto acordado con el staff y al que le falta el visto bueno del directorio. No hubo detalles aún sobre cuál será la secuencia de desembolsos, es decir, sobre qué pared de dólares llegará como up-front payment (pago inicial), aunque, aclararon, “es claramente mayor a lo que dio el Fondo en cualquier programa”.

El ministro confirmó, además, que llegarán fondos frescos “significativos y de libre disponibilidad” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y la Corporación Andina de Fomento (CAF). No serán tramos de préstamos para programas específicos lo que se anunciará, sino un monto inicial, dicen, que vendrá a profundizar el fortalecimiento de las reservas.

De hecho, Caputo dejó una cuenta ante el auditorio de la Bolsa. Dijo que las reservas internacionales –hoy en US$26.246 millones- llegarían a US$50.000 millones gracias a los refuerzos. “Las reservas netas serán holgadamente positivas”, anticiparon en el Palacio de Hacienda. Hoy están en terreno negativo por unos US$5000 millones, según el mercado. ¿Un swap con EE.UU.? No hay nada así confirmado por Economía. Tampoco descartado.

Luis Caputo en la XXIII Conferencia Anual sobre Regulación y Supervisión de Seguros en América Latina ASSAL IAIS 2025Captura

El tipo de cambio que resultaría de esta operación, dijeron fuentes oficiales a LA NACION, quedaría por debajo de $1000 e incluso del de la convertibilidad si se toma base monetaria contra reservas. “No vamos a esperar a que el tipo de cambio vaya ahí”, aclararon. “Van a sobrar dólares por todos lados”, anticiparon sobre los refuerzos que llegarán desde el exterior.

En el Gobierno buscan que se reproduzca la estabilidad de la convertibilidad instaurada por Domingo Cavallo, economista entronizado por Javier Milei durante la campaña, pero que en las últimas semanas entró en conflicto con el libertario por el timing para salir del cepo cambiario y el tipo de cambio. Para esta gestión, Cavallo fracasó porque tuvo déficit.

El programa que viene ya tiene como base que no se gastará plata de más y que, por ende, habrá emisión monetaria cero, un poroto que el Gobierno se anticipó a demostrar ante el staff del Fondo. La idea ahora de capitalizar al BCRA solo tiene un objetivo: darle fortaleza al peso. Las letras intransferibles –que el kirchnerismo uso para llevarse los dólares de la entidad y gastarlos, y que hoy son papeles de colores sin valor- serán reemplazados por dólares reales.

Cada uno de los pesos, creen en Economía, ahora tendrá su respaldo en dólares. “Cada peso es una deuda con la gente. Nosotros la estamos honrando”, dijeron en Economía. Esta idea, con una base monetaria a un tercio de lo que fue en promedio en la Argentina, según el oficialismo, despejaría las dudas sobre el tema cambiario, ya que cualquiera que tenga pesos -si sabe que el BCRA tiene los dólares para responderle- podrá ir a cambiarlos cuando quiera. Todo, con el track record probado de que el equilibrio fiscal se mantendrá y que la impresora de billetes fue clausurada.

“El esquema cambiario pasa a ser menos importante cuando vos decís que tenés el respaldo suficiente porque puedo convertir todos estos pesos en dólares”, aclararon cerca del ministro de Economía.

Sobre los problemas para acumular reservas netas (llevan vendidos US$1300 millones en ocho jornadas seguidas), en el Gobierno marcaron que en 2024 compraron US$25.000 millones, pero tuvieron que pagarle al Fondo, a los privados y a los importadores, parte de la herencia que dejó la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

“La Argentina viene pagando desde hace 14 meses intereses y capital. Esa no es una situación normal. Nos hemos puesto un objetivo muy difícil de lograr, que es tener el superávit para pagar los intereses y el capital. Ahora, la lógica diría que en algún momento la credibilidad se recupera. Un acuerdo con el Fondo va a ayudar a eso, para que a partir de un determinado momento empecemos a tener refinanciamiento de capital”, dijeron y predijeron: “El acuerdo con el Fondo va a ayudar a que comprima el riesgo país”. Actualmente, está en más de 700 puntos.

Caputo confía en que hasta que llegue el acuerdo con el Fondo puede haber volatilidades, pero no crisis. De hecho, el contado con liquidación, ajustado por inflación, fue unos de los “bienes” que más bajaron el año pasado. Dar una idea del monto que negocia la Argentina, no obstante, acotaría los ruidos en el mercado. Más allá, confía en que lo que prevalece con el tiempo son los fundamentos –los indicadores macro clave-, como el equilibrio fiscal y la prolijidad monetaria. El saneamiento del balance del Central con la compra de las letras intransferibles a valor de mercado (que mejoraría los números de la deuda bruta) fortalecerá el camino elegido por el equipo económico y también por Javier Milei.

La próxima parada será salir del cepo. Así como Caputo negó una devaluación tras el programa con el Fondo, también dijo que el desarme no será inmediato. De hecho, en el EFF hay un principio de solución, contaron, para los US$6000 millones de utilidades encepadas aún en la Argentina. “Es parte del acuerdo”, contaron los negociadores, sin dar más precisiones.

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