La ley 17.940 de libertad sindical se votó en 2005 durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez.
La misma establece licencias sindicales, es decir tiempo libre remunerado para los sindicalistas tanto de la actividad pública como de la actividad privada.
Si bien en Uruguay los sindicalistas siempre disfrutaron el privilegio de la licencia sindical, a partir de esta norma la práctica se extendió a niveles inimaginables.
Decreto con privilegios
Además de la mencionada ley, el decreto 653/006 de 2006 reglamenta la licencia sindical para el Sunca, el sindicato de la construcción.
La licencia sindical implica que solo el dirigente sindical, no cualquier trabajador, le solicita a su empresa tiempo libre que será cobrado y será computado como tiempo realmente trabajado a todos los efectos.
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El sindicalista que goza de la licencia sindical cobra su sueldo completo pero no concurre a su lugar de trabajo.
Desde los tiempos de Óscar Andrade al frente del Sunca este sindicato trató de extender el tiempo libre remunerado para sus dirigentes.
Quienes tienen más privilegios son los que integran el Consejo Directivo Nacional. Son una élite que con la excusa de que cumplen tareas de representación de los asalariados cobran sin trabajar.
El mínimo de licencia sindical remunerada que gozan los sindicalistas es el siguiente:
Dirigentes del Consejo Directivo Nacional y de Rama: Gozan de 55 días de licencia sindical al año.
Dirigentes de los Consejos Directivos Departamentales: Gozan de 24 días de licencia sindical al año, con excepciones para Maldonado y Canelones que tienen 33 días.
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Dirigentes de sindicatos de base que también son dirigentes de federaciones o confederaciones: Tienen derecho a 10 horas semanales de permiso sindical.
Por supuesto que lo habitual es que estos mínimos sean ampliamente superados y los caciques sindicales disfruten de muchísimo más días de tiempo remunerado.
El Consejo Directivo Nacional
La licencia sindical remunerada se reparte entre el puñado de sindicalistas que controla el Sunca, donde la gigantesca mayoría de los trabajadores no tiene ninguna incidencia.
El Consejo Directivo Nacional resuelve entre cuatro paredes cuáles son los sindicalistas que pasarán semanas, meses, o años, cobrando sin trabajar.
Cómo es público y notorio, el Sunca está controlado por el Partido Comunista desde hace décadas, porque supuestamente ganan las elecciones.
Como ya notició La Derecha Diario, el Partido Comunista amañó las elecciones sindicales en reiteradas ocasiones,
Todo indica que realizó sucesivos fraudes electorales, según lo denunció en el Ministerio de Educación y Cultura el sindicalista opositor Damián Rodríguez.
La licencia sindical debería usarse para fines laborales, pero en el Sunca no es así.
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Hay sindicalistas que la usan para realizar tareas partidarias, e incluso para fines particulares totalmente ajenos a la actividad del sindicato.
Élite privilegiada
Lamentablemente en Uruguay decenas de obreros de la construcción fallecen todos los años en accidentes laborales.
Pero esto nunca le ocurre a los integrantes de la Dirección Nacional que disfrutan de licencia sindical, que disponen de cómodas oficinas en el local sindicato en la calle Yi en Montevideo.
En ocasiones también tienen coches a su disposición conducidos por un “compañero” que oficia de chofer.
También disfrutan de viáticos que se pagan con los fondos sindicales.
Muchas veces tienen que viajar al Interior del país para asambleas y reuniones, y todo se paga con los fondos que pagan los afiliados.
Lejísimos de ser una organización horizontal, el Sunca está comandado por una élite privilegiada que disfruta de tiempo libre remunerado, que dispone de viáticos para recorrer el país, y que vive muy por encima del conjunto de la masa de trabajadores.