Carolina Amoroso, invitada al programa Almorzando con Juana, abrió su corazón, dio una polémica confesión y reflexionó sobre el desafío de combinar su maternidad con el ejercicio del periodismo de guerra. Su testimonio, profundo y sin golpes bajos, dejó en claro que pasión y maternidad no solo pueden convivir, sino potenciarse.
“Mi bebé llega a esta mamá con esta pasión”, dijo Carolina, dejando una frase que resume su postura sobre el equilibrio entre el deseo de ser madre y el compromiso con su profesión. Lejos de romantizar el sacrificio, Amoroso explicó el drama que vivió y que no cree en la despersonalización que muchas veces se espera de las madres.
“También le quiero enseñar que cuando uno tiene una pasión, hay algo irremediable que te empuja hacia eso”. explicó Carolina, quien ha cubierto conflictos humanitarios en Ucrania, Venezuela y Medio Oriente, habló también de cómo su compañero de vida, Guido, la sostiene emocionalmente, incluso en momentos extremos.
Recordó una cobertura en Ucrania, cerca de la línea de fuego en Bajmut, donde su esposo le confesó por teléfono: “Tengo miedo”. Y ella, con templanza, le respondió: “No me lo digas ahora, conteneme”. Desde entonces, asegura, él es pura contención.
La periodista también reflexionó sobre la dimensión humana que encuentra en los lugares más oscuros: “Incluso en contextos tan difíciles, me he topado con mujeres embarazadas en rutas migratorias peligrosísimas, intentando salvar a sus bebés”.
Esa imagen, poderosa y estremecedora, es parte del combustible que impulsa su vocación: contar historias donde otros eligen mirar para otro lado. En diálogo con Juana Viale, Carolina remarcó que su trabajo se trata de formar parte —aunque sea mínima— de una misión más grande: “Contar hechos relevantes para el mundo”.
Habló también del conflicto actual entre Israel e Irán, del rol de Estados Unidos y del monitoreo del programa nuclear iraní por parte del organismo que lidera el argentino Rafael Grossi. Pero más allá del análisis geopolítico, lo que la mueve es lo humano.