29 julio, 2025

Sorpresiva renuncia del presidente del Senasa: tres hipótesis interrelacionadas

El presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agrolimentaria (Senasa), Pablo Cortese, renunció este lunes a la presidencia del organismo. Si bien públicamente adujo “motivos personales”, allegados al ex funcionario dejaron trascender que se habría cansado de la tensión política que rodeaba su trabajo técnico.

Cortese llevaba más de tres décadas de labor en el ente oficial que es clave para regular la inocuidad de animales y vegetales destinados al consumo interno y a la exportación, y asumió en la presidencia a partir del 10 de diciembre de 2023, con la llegada de Javier Milei al gobierno nacional.

El telón de fondo de su gestión estuvo marcada por la transformación impulsada por la administración libertaria, signada por los recortes de personal y la reformulación de los criterios de regulación del Estado.

En ese sentido, una de las polémicas más fuertes que sobrellevó ha sido la disputa entre laboratorios privados por la vacuna antiaftosa. El principal proveedor de los últimos años, Biogénesis Bagó, denunció semanas atrás la importación de dosis de Brasil por parte de Tecnovax, otra empresa nacional.

Y la situación del SENASA, como la del INTA, fue incluida en el discurso del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, el sábado, en el acto central de la exposición de Palermo.

En ese contexto, Pino pidió una reorganización del Senasa, subrayando la necesidad de eliminar “la ineptitud, la burocracia obstructiva y la influencia clientelista de origen político y gremial”, como de modernizar las políticas sanitarias para mejorar la competitividad de Argentina en los mercados internacionales.

El dirigente ruralista consideró que el Senasa “debe tener un plan a largo plazo que incluya la definición y diferenciación de estatus sanitario y un poder de intervención adecuado”, ya que “en un país exportador no podemos no tener un Senasa de mejor nivel internacional”.

Al respecto pidió el compromiso de todos, incluidos los productores, por la “responsabilidad de tener a nuestro ganado trazado con eficiencia para poder responder ágilmente a cualquier problema que se presente”.

Con todo, puso el foco en el “poder de control de Senasa en las fronteras y en todo el país” y respecto de la barrera sanitaria que rige entre la Patagonia y el resto de la Argentina, Pino advirtió al Gobierno que “no debe tomar decisiones con respecto a la comercialización de carne que perjudiquen el estatus sanitario de ninguna región del país ni que generen complicaciones en la comercialización interna o exterior de su producción”.

Esos debates públicos habrían colmado la paciencia de Cortese, que siempre aspiró a una función técnica, sin que lo desborden los desafíos políticos y comerciales.

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