Todo comenzó cuando el Ministerio de Salud de la Nación publicó las notas del examen de residencias médicas y, tras las alarmas que activaron resultados que se salían de la tendencia en años anteriores, dio a conocer que investigaría posibles irregularidades.
La filtración del Examen Único en la cadena de custodia hasta el 1° de julio, día de la evaluación, tomó fuerza como principal hipótesis a investigar. El video de uno de los postulantes que con lentes inteligentes grabó el examen y estuvo entre las notas más altas dio pistas de que podría haber existido un fraude organizado.
En esas imágenes, LA NACION realizó un pormenorizado análisis de los detalles que podían permitir entender cómo se había llevado adelante uno de lo que, para el Ministerio de Salud, fueron los “mecanismos de copia” utilizados durante el examen para mejorar la calificación para el orden de mérito. También, detectar quiénes pudieron estar involucrados.
Básicamente, el video muestra el examen impreso y la grilla para responder las 100 preguntas por opción múltiple. En los distintos cuadros, por un lado, aparecen datos de identificación del postulante (por ejemplo, el número de inscripción) y el tema que le tocó en turno de la prueba, con un color distintivo.
Por el otro, con gran calidad, el video captó detalles de su vestimenta y la ubicación aproximada. En la sede donde se grabó ese video, los postulantes estaban sentados por especialidad, organizada por orden alfabético en el Pabellón América del Parque Olímpico de la Juventud.
Por todos estos datos que surgen en el video, se identificó el nombre y la especialidad en la que se había inscripto: anestesiología. Tenía, entonces, que estar ubicado en las primeras filas.
Aquel día, LA NACION realizó una cobertura presencial en esa sede porteña a la que concurrieron 5930 médicos. En las cuatro horas que duró el examen, se tomaron una serie de fotografías que, luego, se utilizaron para cotejar los detalles del video con la ubicación de quien, esta semana, el Ministerio de Salud denunció penalmente por el delito de defraudación contra la administración pública.
En esos registros, se pudo hallar en la cuarta fila, al centro del pabellón, a un grupo de personas con las características que había revelado el video viral: un postulante con anteojos de marco más grueso que los anteojos de lectura, buzo azul con un ribete gris en ambos puños y el examen impreso en hojas amarillas.
Delante de él, postulantes con prendas de colores coincidentes con los que muestra la grabación del escándalo. Así, fue como LA NACION dio con el médico ecuatoriano acusado por el Gobierno. Este jueves, se presentó al examen para validar la calificación obtenida el 1° de julio. Evitó toda declaración al ingreso y la salida.