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Lució raro el estadio Monumental en el partido de la Selección Argentina ante Chile por las Eliminatorias Sudamericanas. En el pantallazo, incluso, pareció aquellos tiempos de pandemia sin público en las tribunas. Es que, por una sanción de la Conmebol, las cabeceras Sívori y Centenario estuvieron deshabitadas. Un 25 por ciento menos del aforo total de la cancha de River provocó esta situación. Pero claro, la AFA no quiso repetir esta imagen y lanzó una advertencia a los fanáticos que asistieron al duelo, siempre picante, con los trasandinos.
Simulando una tarjeta roja, los folletos estaban ubicados sobre los molinetes de acceso al estadio de Núñez. Se sorprendía la gente cuando los tomaba y abría para leer, en su interior, las recomendaciones sobre el comportamiento para evitar sanciones mayores, ya que en caso de reincidencia, el próximo partido debería ser a puertas completamente cerradas.
«Putear perjudica al resto de los hinchas», se leyó bien grande con la primera palabra tachada y una imagen de fondo con las tribunas vacías. Es que la sanción fue provocada por insultos durante el partido contra Uruguay, en La Bombonera, y también por los graves incidentes en el estadio Maracaná, la noche del histórico triunfo por 1-0 sobre Brasil.
«Ante la utilización de cánticos ofensivos o discriminatorios,la FIFA aplicará una sanción de reducción de aforo total en el próximo partido de la Selección, jugándose así sin público local», agregó.
Y completó, en el dorso: «Queda estrictamente prohibida la discriminación de cualquier tipo contra un país, persona o grupo de personas por motivos de raza, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, religión, nacimiento u orientación sexual».
Precisamente ante Chile, los argentinos viven el partido como un clásico. La historia del apoyo de ese país a Inglaterra en la Guerra por las Islas Malvinas siempre está presente. «El que no salta, es un traidor», agitaron los hinchas apenas consumado el reconocimiento a Ángel Di María, donde precisamente estuvo el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.