El empate entre Boca y Rosario Central por 1-1 dejó varias lecturas futbolísticas, pero también un testimonio cargado de carácter y emoción. Miguel Ángel Russo, entrenador del Xeneize, habló públicamente tras los rumores que circularon sobre su salud luego de haber estado internado por una presunta infección urinaria.
El experimentado técnico, de 68 años, se mostró firme, visiblemente molesto por lo que consideró especulaciones innecesarias, pero al mismo tiempo conmovido por el recibimiento en el Gigante de Arroyito, donde miles de hinchas de Central corearon su nombre.
En la conferencia de prensa, el diálogo con Luis Fregossi tuvo un tono particular: “Queremos saber cómo pasaste estos días, cómo te encontrás…”, comenzó diciendo el periodista. “¿Cómo me ves?”, respondió rápidamente el DT con un tono irónico.
“Yo lo veo bien, pero quisiera que usted…”, intentó replicar antes de ser interrumpido: “Mirá, hubo muchos que dijeron muchas tonterías. Me entraron por un oído y me salieron por el otro. El que sabe de su salud es uno. El resto no”.
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Con esa respuesta, Russo dejó clara su postura: no se detendrá en rumores y prefiere enfocarse en lo que viene con Boca. Lejos de mostrarse frágil, habló con seguridad sobre el futuro: “Buscamos mejorar, sabiendo que lo nuestro apunta al final de todo. Boca se tiene que ir fundamentando. Hay que seguir creciendo y buscando mejorar siempre”.
Sobre el empate en Rosario, analizó: “Fue un lindo partido con mucho cambio de ritmo. Parejo, interesante, moderno en lo táctico. Boca viene manteniendo un nivel y lo va incrementando con el correr de los partidos”.
La emoción de volver a Rosario
Si bien se mostró duro frente a las especulaciones, Russo no pudo evitar emocionarse por el cariño recibido en su ciudad natal y en un estadio que conoce como pocos. “Venir acá siempre es algo distinto. Hace dos meses que no lo hacía: es mucho tiempo para mí. Estar con amigos, gente conocida, escuchar que la gente coree mi nombre… hay que mantenerse en frío, que es lo más difícil. Estoy contento de tener esta ciudad y este club”. Incluso bromeó sobre el abrazo con el arquero Fatura Broun: “Que me pague lo que me debe, ja”.
Antes de dejar el estadio, Russo también se reunió con Gonzalo Belloso, presidente de Rosario Central, y destacó la relación que los une: “No hay un día en que no dejemos de hablar. Si él viene a Buenos Aires lo recibo yo, si vengo acá tomo un café con él. La vida nuestra es así y lo será en un montón de cosas”.
En definitiva, Russo dejó dos mensajes claros: su salud no está en duda y su compromiso con Boca sigue intacto. Firme, enojado por los rumores, pero también conmovido en su tierra, el DT volvió a mostrar que su figura trasciende colores.