27 enero, 2025

Usó la 10 de Boca, terminó con un ciclo de Ramón Díaz en River, se retiró a los 24 y se convirtió en fumigador

Marco Bahamonde llegó a vestir la camiseta de Xeneize y a lucir el número 10 en un superclásico. Sin embargo, su carrera dio un giro inesperado que lo llevó a alejarse del fútbol y a trabajar en el control de plagas.

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Tras lesiones y dificultades para recuperar su nivel, el volante dejó el fútbol profesional a los 24 años.

Proveniente de un pueblo de 15 mil habitantes en Río Negro, Chile, Marco Antonio Bahamonde Nilian, quien alguna vez portó el dorsal 10 de Boca Juniors y fue parte del equipo que derrotó a River Plate en el verano del 2000, tuvo un ascenso meteórico y un descenso abrupto que lo llevaron a dejar el deporte a los 24 años. Hoy, su vida está lejos de los estadios y se dedica al control de plagas.

Su paso por el club de La Ribera quedó marcado por aquel Superclásico en Mar del Plata que derivó en la renuncia de Ramón Díaz como entrenador del Millonario. Sin embargo, las circunstancias fuera de la cancha y las limitaciones administrativas dificultaron su continuidad en Boca, llevándolo a una serie de experiencias que culminaron con su alejamiento definitivo del deporte profesional.

Cómo fue la carrera de Marco Bahamonde

Nacido el 14 de junio de 1980 en la localidad chilena de Río Negro, Bahamonde comenzó su carrera en Provincial Osorno, donde debutó en la primera división chilena a los 17 años bajo la dirección de Juan Carlos Carotti. Sus destacadas actuaciones y su participación en la selección Sub-20 de Chile llamaron la atención de Boca Juniors, que lo incorporó en 1998 por 100 mil dólares.

En sus primeros meses en Argentina, se unió a la quinta división y luego integró el equipo de reserva. Su talento lo llevó a participar en giras internacionales por Europa, y en el año 2000 Carlos Bianchi lo incluyó en la pretemporada del primer equipo. En ese período, el volante fue titular en un recordado amistoso ante River Plate en el estadio José María Minella de Mar del Plata, vistiendo la emblemática camiseta número 10. Boca ganó 2-1 y ese resultado marcó el final del ciclo de Ramón Díaz al frente del conjunto millonario.

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Pese a su prometedor desempeño, su continuidad se vio afectada por el cupo de extranjeros completo en el plantel del Xeneize. Fue cedido a El Porvenir, en ese momento filial del club, donde compartió equipo con otros jugadores provenientes de su anterior institución. Al regresar a Chile, Bahamonde pasó por Universidad Católica y volvió a Osorno, pero las lesiones y la falta de regularidad terminaron afectando su rendimiento. Una luxación de tobillo lo mantuvo alejado de las canchas durante un año, y aunque intentó volver, finalmente decidió retirarse a los 24 años.

La vida de Marco Bahamonde después del fútbol

Lejos del fútbol profesional, Marco Bahamonde inició una nueva etapa laboral que lo llevó por diversos caminos. Trabajó como vendedor de zapatillas en una conocida cadena comercial, se compró un camión para realizar repartos de gas y también se dedicó a los fletes. Finalmente, encontró estabilidad trabajando en una empresa de control de plagas.

Actualmente, su labor implica viajar a diferentes ciudades para fumigar edificios y predios agrícolas. Desde su rol actual, reflexiona con orgullo sobre su breve pero significativo paso por Boca Juniors, una experiencia que recuerda con nostalgia y una mezcla de emociones. “Mi peor error fue no quedarme y pelearla más. Me afectó mucho el tema del cupo de extranjero, pero igual siento un gran orgullo por haber usado la 10 en un club tan grande”, confesó.

Con una vida alejada de los reflectores, Bahamonde sigue valorando el haber sido parte de una institución que marcó un gran logro en su historia personal, aunque su ascenso y descenso en el fútbol hayan ocurrido a una velocidad vertiginosa. Hoy, desde la tranquilidad de su hogar en Osorno, combina su trabajo con su rol de padre de tres hijos y deja atrás los sueños de gloria que alguna vez lo llevaron a vestir una de las camisetas más prestigiosas del continente.

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