En un contexto de escasez de dólares, la rebaja permanente de las retenciones al campo anunciada por Javier Milei prioriza el flujo de divisas en el mercado cambiario por sobre las cuentas fiscales. La medida tiene como objetivo estimular las liquidaciones para evitar tensiones en el tipo de cambio de cara a las elecciones legislativas, resignando el cobro de impuestos. Si bien el sector ya liquidó la mayor parte de la cosecha, todavía restan unos US$ 10.000 millones que podrían ayudar a controlar eventuales disparadas del billete verde.
Estimaciones oficiales y privadas calculan que el costo fiscal de la poda de los derechos de exportación (DEX) al agro será de 0,2% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2025 y el Estado nacional dejaría de percibir entre US$ 500 y US$ 700 millones. En principio, el recorte de los DEX no comprometerá el equilibrio de las cuentas públicas ya que se suplantaría con un crecimiento de los tributos vinculados a la actividad económica como el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
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El timing de la baja de retenciones al campo
Las nuevas alícuotas son: soja 26% (antes 33%), subproductos de soja 24,5% (antes 31,5%) maíz 9,5% (antes 12%), trigo 9,5% (antes 12%), girasol 5,5% (antes 7%) y carne aviar y vacuna 5% (antes 6,75%). Estos valores coinciden con los que rigieron entre enero y junio de 2025.
El momento que eligieron Milei y Luis Caputo para aplicar el beneficio al campo no es casual: la ventana de reducción temporal de las retenciones había concluido a principios de julio. No obstante, la normativa vigente permite que los dólares obtenidos de las exportaciones se liquiden hasta 15 días después de presentadas las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE).
Ese plazo llegó a su fin a mediados de la semana pasada, con un monto récord liquidado superior a US$ 3.700 millones en el mes. A partir de ahora, la liquidación del rubro rural, que supera los US$ 15.000 millones en el año, merma por una cuestión estacional y el sobrante es administrado de forma cautelosa, con un ojo puesto en la dinámica cambiaria, los precios internacionales y las tasas de interés.
Con esta rebaja permanente de los DEX, el equipo económico aspira a fomentar las ventas al exterior en los próximos meses para que no descienda la oferta de divisas frente a una demanda importadora constante y a la tradicional dolarización preelectoral de las carteras que hizo trepar la moneda estadounidense en el último mes y medio.
“La reforma a las retenciones se implementa en un escenario de extrema volatilidad financiera, donde el Gobierno se vio obligado a tomar medidas para contener la presión sobre el tipo de cambio. En las últimas semanas, el Banco Central debió incrementar fuertemente las tasas de interés —superando el 100% anual en algunos instrumentos— e intervenir directamente en el mercado cambiario para evitar saltos en el tipo de cambio”, destacó un reporte del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC).
Cuántos dólares del campo quedan por liquidar
Consultado por PERFIL, Dante Romano, profesor del centro de Agronegocios de la Universidad Austral, estimó que podrían liquidarse unos US$ 10.000 millones hasta diciembre, aunque advirtió que el ritmo “podría ser algo más lento de corto plazo, porque se anticipó mucho al 30 de junio, y son los montos normales que suelen ingresar”.
“En el inicio de la campaña (abril) las ventas del productor, el ingreso de divisas y las ventas al exterior declaradas (DJVE) venían muy atrasadas. Cuando la cosecha arrancó firme y se necesitaron espacios, más la necesidad financiera, las ventas de productor aceleraron, y las DJVE también, pero esto se espiralizó del 20/5 en adelante cuando se hizo claro que al 30/6 los DEX volvían a subir”, describió Romano.
En tal sentido, el consultor planteó que las ventas de los productores pasaron de 150.000 toneladas a un rango de 200.000/300.000, con picos de 500.000. Una vez concluido el lapso de baja de los impuestos a la exportación, la comercialización volvió a la zona de 100.000 toneladas.
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“El acumulado de ventas de productor al 30/6 quedó en 40% contra 35% promedio, y también los exportadores presentaron más DJVE que lo normal. Posterior a esto se había frenado todo en seco. Si no bajaban los DEX, las ventas se iban a quedar frenadas, lo mismo que las DJVE y el ingreso de divisas. Con lo que se declaró están anticipadas las liquidaciones hasta mediados de agosto, y vamos a ir viendo un retome del ritmo”, agregó.
A propósito de los granos que todavía no se vendieron, queda más de la mitad de la soja sin precio. Esta se vende de forma más lenta pero constante hasta fin de año. En cambio, el maíz presenta un mayor atraso: 37% vendido contra 45% promedio para este período del año.
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Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) remarcó que el achique de los derechos de exportación “es un alivio muy marginal para la producción, pero de gran esfuerzo fiscal para el Estado ya que representa dos tercios del superávit financiero”.
“La baja en los derechos de exportación generará aumentos en la recaudación de otros impuestos, como Ganancias, IVA, Ingresos Brutos, Sellos y tasas municipales. Esto va a compensar parcialmente las pérdidas de ingresos del Estado nacional”, apuntó.
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) consideraron que la medida “dará aire en los márgenes del sector que, en zonas alejadas de la zona núcleo, había comprimido tanto hasta volverse negativo” y, dado esto, “podría tener un impacto positivo en las decisiones de siembra temprana y tardía para la campaña 2025/2026 de los cultivos de la gruesa (soja y maíz), ya que todavía no arrancó la siembra temprana ni tardía”.
“Así, podría pensarse en una producción, al menos en el margen, más alta en la campaña que viene. En segundo lugar, la suba del tipo de cambio efectivo podría provocar ventas de granos y oleaginosas acopiados por parte de los productores, lo que se traduciría en mayores exportaciones, aunque no queda claro que el efecto neto en el mercado de cambios sea positivo”, concluyeron.
ML