Gisela Gordillo ganó popularidad en la TV y los medios por ser la madre de Tomás Holder, exparticipante de la edición 2022 de Gran Hermano. La mujer supo brillar con su propia luz, y mientras su hijo decidió llamarse a un bajo perfil con el paso del tiempo, ella por su parte creció exponencialmente su figura en las redes sociales.
La situación que más hizo explotar la figura de Gisela tuvo que ver con su affaire con Martín Ku, otro de los ex GH. En ese momento, el Chino fue señalado por haberle sido infiel a su novia Marisol con la madre de Holder, situación que descolocó a todos y que fue el detonante de una serie de escándalos que llegaron a continuación.
A partir de ese momento se empezó a tejer la pelea entre el Chino y Yao Cabrera, el novio influencer de Gisela. De hecho tuvieron fuertes altercados y hasta arreglaron las cosas arriba de un ring. Cualquiera creería que después de todo esto las cosas volverían a la normalidad, pero al parecer todavía hay algunos capítulos más por contar.
Esto ya no tiene que ver con la pelea entre el influencer y el ex GH, sino que recientemente se conocieron los problemas que está atravesando Gordillo en su hogar. Así lo dio a conocer en una entrevista con Juan Etchegoyen para Mitre Live, como parte de un dramático momento que atraviesa por la falta de luz que sufre en Rosario.
GISELA GORDILLO ESTÁ VIVIENDO UN PÉSIMO MOMENTO POR LA FALTA DE LUZ EN ROSARIO
“Nosotros los rosarinos estamos hace bastantes días sin luz, acá hay mucha humedad y se siente mucho más el calor y a mi me repercute un montón esto porque en el medio está lo del laburo que no puedo trabajar y eso es lo que más me afecta, a mi me entra la plata día a día y si yo no trabajo no traigo el plato de comida a casa”, comenzó explicando la mujer que se desempeña como podóloga y coach ontológica.
Visiblemente triste, Gisela siguió explicando que le cuesta generar dinero para su hogar por esta penosa situación: “Esta situación me tiene mal y uno tiene sus ahorros que se los va gastando, la plata que tengo la voy gastando y mis hijos son chiquitos y no se dan cuenta. Estoy triste y me pone mal la situación que alguna vez cuando Tomás era chiquito ya lo viví esto. Enero es un mes durísimo para lo que hago yo y estoy toda transpirada del calor que hay, un asco”.