31 marzo, 2025

Emociona, sin golpes bajos, un notable film carcelario

“Las vidas de Sing Sing”, largometraje de Greg Kwedar, se ocupa de las actividades artísticas que desarrollan en cautiverio los reclusos en esa prisión

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Los reclusos en Sing SIng en el film de Greg Kwedar.

Emociona limpiamente, sin violines ni golpes de efecto, “Las vidas de Sing Sing”. El título original es “Sing Sing”, por la cárcel donde transcurre la historia, pero el cambio está bien, porque la obra no pone el acento en la penosa fama de esa prisión, ni tiene en su argumento escenas de maltrato, motines o muertes en la silla eléctrica. Donde pone el acento es en los seres humanos que pasan allí sus días, cada uno con su historia, su amargura, su sentido del humor, su mediana resignación.

En lo que aquí vemos, algunos de ellos encuentran en un taller de teatro no solo una distracción, sino un mundo que les hace abrir los ojos en varios sentidos y abrirse al juego. Así descubren nuevas habilidades, despejan lo que llevan dentro, encuentran algo distinto en ellos mismos, y a veces sienten algo bueno en sus almas. Quizás eso los conduzca a la mentada rehabilitación, incluso -soñemos- a la libertad condicional.

No vamos a contar lo que pasa. Solo digamos que es una historia sencilla, noble y bien contada. Pero vamos a contar cómo se hizo esta película. De veras hay un taller en esa cárcel, gracias al programa estatal Rehabilitation Trough the Arts. Lo conduce un tal Brent Bruell. El actor Colman Domingo, que colabora en ese trabajo, decidió impulsar una semificción que destaque sus logros. La protagonizaría él mismo junto a presos y expresidiarios participantes del taller y su amigo el dramaturgo Sean San José, impulsor de escuelas de teatro en espacios que aquí llamaríamos carenciados.

Domingo eligió al director, el independiente Greg Kwedar, autor de “Transpecos”, drama de tres guardias de frontera muy distintos entre ellos. John Divine G Whitfield (25 años encarcelado hasta que se probó su inocencia), John H. Richardson, Kwedar y su socio y colega Clint Bentley escribieron el guión. El mismo toma la historia de Clarence Maclin, un condenado a 15 años por robo a mano armada. El propio Maclin se interpreta a sí mismo en la película. Colman Domingo encarna a su amigo Divine G y San José a Mike Mike, personaje de triste final.

El resultado, ya lo dijimos, emociona. Encima tuvo 68 premios en diversos festivales y tres nominaciones en la reciente entrega de los Oscar: Mejor Film, Mejor Actor y Mejor Canción (“Like a Bird”, de Adrian Quesada y Alexander Abraham).Para no equivocarse: el Brent Buell que aparece en pantalla no es Buell, sino el actor Paul Rici. Para apreciar otra clase de taller carcelario: el formidable “Cesar debe morir”, de los hermanos Taviani, potente registro de los presos de alta peligrosidad de la cárcel de Rebibbia, Roma, preparando una puesta de Shakespeare (hay un narco argentino entre ellos). Y para la memoria: cuando la cárcel de Coronda, Santa Fe, era una cárcel modelo, tenía toda una compañía de teatro formada por presos que hasta hacían giras por los pueblos con un repertorio de entremeses cervantinos. Y los guardiacárceles ayudaban como utileros.

“Las vidas de Sing Sing” (Sing Sing, EEUU, 2024); Dir.: Greg Kwedar; Int.: Colman Domingo, Clarence Maclin, Sean Blackman, Paul Raci, Brent Bruell, David Giraudy.

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