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«Debería ocurrirle a todos los argentinos que un ministro de otro país diga que el Presidente ingiere no se qué sustancia, o da a entender, que no es solo poco feliz sino agresivo. En base a eso el Gobierno se expresó a través del comunicado. Tema terminado», dijo de manera tajante el vocero presidencial Manuel Adorni este el lunes, cuando le preguntaron por el virulento choque Entre los gobiernos de Javier Milei y Pedro Sánchez el último fin de semana.
La relación Milei-Sánchez sigue en estado de máxima tensión, sin que ninguna autoridad muestre interés en querer descomprimir la escalada del viernes entre dos países que tienen lazos históricos, políticos, económicos y culturales muy fuertes.
Pero la idea es desescalar: según supo Clarín de fuentes diplomáticas, el embajador argentino en Madrid de Milei, Roberto Bosch, recibió instrucciones de la Canciller Diana Mondino para que gestione una reunión bilateral del presidente argentino con el rey Felipe VI en su viaje a España de la próxima semana.
En una situación que nunca había ocurrido, con un presidente argentino que viaja a España, Milei no había pedido entrevistas ni con Sánchez ni con el monarca: sólo viaja a apoyar a su amigo Santiago Abascal, de Vox, lo que fue considerado como una situación de injerencia en la política española.
La virulenta crisis verbal entre Milei y Sánchez -que se llevan muy mal y nunca hablaron- estalló el viernes, cuando se difundieron unas palabras del ministro de Transporte del socialismo español, Oscar Puente que, con ironía, le atribuyó un supuesto consumo de “sustancias” al presidente argentino.
Inmediatamente, la Presidencia libertaria respondió con un duro comunicado de contraataque directo a Sánchez. Lo acusó de dividir al Reino de España y le recordó las investigaciones por presunta corrupción que enfrenta su esposa Begoña Gómez.
Este lunes, autoridades de las respectivas cancillerías y sus funcionarios temblaban ante las consultas. Están en pánico de que cualquier palabra de más que digan les hiciera perder sus trabajos. La ministra Mondino sigue de viaje en Europa, y desde Portugal ordenó informar que “no hay novedades”.
Con el viaje de Milei a Los Angeles se corrieron también las prioridades a un segundo plano, pero entre tanto hubo más leña al fuego, porque el presidente argentino se coló además en la interna española, de un Sánchez cuya gestión está en crisis. Los embajadores Bosch (argentino en Madrid) y la española María Jesus Alonso, en Buenos Aires, mantienen la presencia pero sin poder más que el protocolar.
Por un lado, los socialistas españoles siguieron respaldando a su jefe, que nunca criticó la controvertida opinión sobre Milei de Puente, quien a su vez quiso justificar sus dichos de que Milei consumió sustancias subiendo a sus redes un video, en el que no se ve otra cosa que el presidente con su habitual estilo histriónico.
La portavoz del Partido Socialista (PSOE), Esther Peña dijo: «Vemos la pluma de Vox (partido español de extrema derecha) en la redacción de este papel g por el comunicado de la Presidencia argentina), lo que vendría a ratificar eso que llevamos tiempo denunciando, esa internacional ultra que funciona como una sociedad, podríamos decirlo, de socorros mutuos”.
En cambio, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, criticó la política exterior de Sánchez a la que consideró “capaz de insultar» al presidente argentino. Y agregó que el gobierno socialista tenía una “deriva peronista” y lo calificó de «autoritario» y «autocrático». Dijo: ”Lo que no esperábamos es que en lugar de tener que dar ánimos a los argentinos, les tendríamos que pedir disculpas por tener un Gobierno capaz de insultar y no respetar al presidente que los argentinos han elegido las urnas, y ahora son ellos los que empiezan a abandonar el peronismo y empiezan a ver la luz”.
El sábado, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidió que el ministro Puente, «dimita o sea cesado» por haber provocado «una crisis política con un país hermano» como Argentina.
La pelea del jefe de Estado argentino y del jefe del Ejecutivo español se da en el contexto del viaje que emprenderá a Madrid el 18 y 19 de mayo Javier Milei, lo que molestó mucho al socialismo español, cercano al kirchnerismo.
El libertario irá a apoyar a su amigo Abascal, el líder, el partido de ultraderecha de España, que lanza esos dos días su campaña para las elecciones europeas.
Este fin de semana, Milei retuiteó un spot de Abascal, en el que usa la imagen del Presidente argentino, la de Donald Trump, de Estados Unidos; la de Georgia Melloni, de Italia, y la de Viktor Orban, de Hungría, entre otros para el lanzamiento de su política para hacer “Occidente grande otra vez”, el lema que impuso impuso el ex presidente estadounidense a sus fans -como el presidente argentino- de “Make America Great Again”. El video habla, de Patria, Cultura, Razón, Familia, Democracia, Libertad, la Vida entre otros y Milei aparece con un “Viva la Libertad Carajo, Viva España, Viva Vox”, que gritó siendo aún candidato en un viaje a Madrid.
Ello no ocurre de la nada. Durante la campaña electoral presidencial argentina, Sánchez entró a la política nacional con un video en el que apoyaba abiertamente al candidato y ex ex ministro Sergio Massa, argumentando que del otro. “Suerte y a ganar” afirmando que el ex ministro de su amigo Alberto Fernández -que se puso ahora del lado del socialismo español- representaba “la tolerancia”, frente a Milei.
Cómo estalló la crisis
En una actividad de redes, Puente, afirmó que había «gente muy mala que, siendo ella misma, ha llegado a lo más alto”.
Entonces disparó: ”Milei, por ejemplo, Trump… No sé si tendrán asesores. Yo a Milei, desde luego, si tiene asesores, yo creo que no escucha mucho», añadió el funcionario de Sánchez. «Yo he visto a Milei, en una tele, y según le estaba oyendo, ¿os acordáis? Lo de… Cuando salió no sé en qué estado y previa a la ingesta o después de la ingesta de qué sustancias, pero salió a decir aquello de, aquello que dijo, pocos días antes de… Yo dije: ‘Es imposible que gane las elecciones, es imposible que un tipo… ¡Hoy ha cavado su fosa!, pues no’», dijo el ministro, vagamente, sobre Milei.
En la noche del viernes, la Oficina del Presidente de Argentina rechazó «las calumnias e injurias» de Puente y atacó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
«Tiene problemas más importantes de los que ocuparse, como las acusaciones de corrupción que caen sobre su esposa, asunto que lo llevó incluso a evaluar su renuncia». »Por el bien del Reino de España, esperamos que la justicia actúe con celeridad para esclarecer semejante escándalo de corrupción que afecta directamente la estabilidad de su Nación y, por consiguiente, las relaciones con nuestro país», continuaba el texto oficial argentino. Luego, el ministro del Interior, Guillermo Francos, considera que Puentes debía renunciar, pero Sánchez ni siquiera lo criticó a este lunes.
El sábado, el Ministerio español de Asuntos Exteriores rechazó «rotundamente» y calificó de «infundados», porque además no se corresponden «con las relaciones de dos países y pueblos hermanos». Y las críticas siguieron a un lado y otro.