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Víctor Castro
Actualizado: 24/10/2024 06:01 Ver galería > Córdoba cuenta con doce triunfos distribuidos en los barrios más icónicos de la ciudad
Puente Romano (1651)
Víctor Castro
El primer triunfo de San Rafael es obra de Bernabé Gómez del Río. Se sitúa sobre un pretil en el centro del puente y su objetivo es el de bendecir a los visitantes que salen y entran a la ciudad por la Puerta del Puente. Cuenta con dos lápidas conmemorativas cuyos textos en latín apenas son legibles actualmente. Despierta gran devoción entre los vecinos del Campo de la Verdad.
Plaza de la Compañía (1736)
Víctor Castro
Está realizado gracias a las aportaciones de los fieles de la iglesia. Inicialmente contaba con una verja que lo separaba de los viandantes y que servía para iluminar el triunfo con lámparas de aceite primero, y posteriormente de gas. Dicha valla fue retirada en la primera mitad del siglo pasado. Construido en mármol negro, se eleva sobre cuatro columnas y una nube dorada.
Glorieta Conde de Guadalhorce (1743)
Víctor Castro
Ordenado construir por el obispo Pedro Salazar y Góngora, inicialmente se ubicaba junto a la puerta del Alcázar de los Reyes Cristianos más cercana al río, hasta su traslado en 1952. Se levanta sobre un graderío cuadrangular de granito que da paso a dos basamentos escalonados. Sobre ellos se erige una columna de doble pinto. El arcángel va sobre una nube.
Ollerías (Mediados del s. XViII)
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Para Juanjo Roig «es el más desconocido de todos» al encontrarse relativamente escondido. Se desconoce la fecha exacta de su creación y actualmente se encuentra junto a la avenida de Ollerías, en el centro del Jardín del Santo Cristo de la Misericordia. Está construido sobre un pretil y una columna que ha sido grafiteada. Inicialmente se ubicó en el patio del antiguo hospital psiquiátrico.
Iglesia de San Basilio (1753)
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El párroco Juan Agustín Borrego promovió su construcción. En un principio se ubicaba en el centro de la plaza y sobre unas columnas. Posteriormente fue desmontado el triunfo y la estatua fue colocada en su localización actual, en la esquina del templo, en un capital adosado a la fachada. La cabeza es diferente del resto del cuerpo, ya que data de principios del siglo XX.
Plaza de los Aguayos (1763)
Víctor Castro
Fue el primero construido a través de iniciativa privada, ya que lo ordenó colocar la marquesa de Santaella frente a los terrenos donde se hallaba su palacio. Es por esto por lo que en su base se observa el escudo de la familia. Está rodeado por una verja de hierro, además de tener un basamento de mármol azul y un estípite de desarrollo octogonal que se va estrechando.
Plaza del Alpargate (segunda mitad del s. XVIII)
Víctor Castro
Esta escultura de mármol blanco se encontraba en la popular plaza desde 1976, cuando fue remodelada. Inicialmente se ubicaba en el Castillo de la Albaida y posteriormente pasó a las casas de Capitulares. Con la reforma del espacio y la creación del nuevo ayuntamiento, el arquitecto municipal Víctor Escribano decidió trasladarlo a la citada plaza, hasta ser derribado por el temporal en 2023.
Plaza del Potro (1768)
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Ubicado inicialmente en la actual plaza de San Ignacio de Loyola, sufrió el paso del tiempo y diferentes actos de vandalismo que provocaron que a mediados del siglo XIX estuviera en un muy mal estado. Tras barajar diferentes ubicaciones para su traslado, Diego Romero de Torres logró que en 1924 se colocara en la plaza del Potro, donde inicialmente estaba en el otro extremo.
Puerta del Puente (1781)
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Es el más alto de todos, con una altura de 27 metros. Su diseño corresponde al pintor Domingo Esgrojis y el escultor Simón Martínez, aunque el director de obra fue Miguel Verdiguier. Inició su construcción en 1765, aunque la obra se paró durante ocho años por la muerte del obispo Martín de Barcia. Es el más monumental de todos, destacando la cueva en su base.
Fuente de la Fuenseca (1808)
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Es el más pequeño de todos y se colocó tras la reconstrucción de la fuente de la Fuenseca en el año 1808, que inicialmente se encontraba en la calle Alfaros. Sin embargo, no emanaba demasiada agua, por lo que los vecinos le pusieron ese nombre. En su nueva ubicación se encontraba el triunfo, que fue desprendido de las columnas para colocarlo sobre la fuente.
Puente de San Rafael (1953)
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Es el único construido en el siglo XX y su arquitecto es Amadeo Ruiz Olmos. Se hizo para la inauguración del puente y la prensa de la época insistió en que los viajeros que llegaban de Sevilla, que ahora accederían a la ciudad cruzando este puente, debían encontrarse con este símbolo de Córdoba. Su traslado desde el estudio se realizó en carretas y fue todo un acontecimiento.
Sebastián Cuevas (2014)
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El más reciente de todos es obra de los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba. Se ubica muy cerca de donde en su momento estaba una hornacina dedicada al arcángel y en el área que ocupaba el antiguo estadio de fútbol del equipo de la ciudad. Tras el traslado del campo, fue una demanda de los vecinos recuperar el triunfo de San Rafael.